Egeria
Egeria, Eteria o Etheria, fue una viajera y escritora nacida alrededor del S. IV en la provincia de Gallaecia dentro del Imperio Romano,
conocida por su largo viaje visitando los lugares santos.
Contexto histórico
Egeria vivió en el siglo IV d.C en una provincia del oeste imperio romano, apenas cien años antes de la caída del la parte occidental del mismo.
Eran tiempos muy difíciles para el Imperio romano. Sufría desde hacia años en gran medida, la presión de los pueblos germánicos. El deterioro del imperio a causa de su parálisis política e institucional, la crisis económica permanente que sufría y la inseguridad complicaba muchísimo la vida.
En aquellos tiempos, el cristianismo había pasado a ser
la religión oficial del Imperio Romano con el decreto del emperador Constantino en el año 308.
La mujer seguía sin poder ocupar cargos públicos ni votar,
y deberían estar siempre subordinadas a su marido siempre y cuando no entrasen a formar parte de una orden religiosa, en este caso estaban exentas
de cualquier obligación matrimonial y de tener hijos.
De esto y del gran número de calzadas construidas
por el imperio durante la Pax Romana se aprovechó Egeria, una mujer osada, valiente y curiosa de la cual no se conoce nada hasta hace relativamente poco.
Biografía
Egeria puede ser catalogada como una mujer misteriosa para nosotros, debido a las pocas cosas que se
conocen sobre ella, debido a que se perdieron en gran medida todos los manuscritos y obras que redactó.
En primer lugar se sabe que durante su peregrinación recibió la defensa de varios reyes, cosa que
no se daba así como sí en aquella época y menos a una mujer, por lo tanto se la asocia a una familia noble,
en concreto hay conjeturas que la señalan como hija del emperador de Oriente Teodosio I y su primera
esposa Aelia Flaccilla.
Se sabe además que pasó parte de su juventud en un monasterio, gracias a lo cual se recogió gran
parte de la información que hoy en día tenemos, en las cartas que iba mandando al monasterio durante su viaje
Su viaje
Egeria inició su viaje en el 381 y duró, como mínimo hasta el 384. En este tiempo visitó una gran
cantidad de lugares( entre ellos los Santos), como Constantinopla, Mesopotamia, Asia Menor, Siria,
Palestina o Egipto. En este viaje le fue mandando cartas a su monasterio y fue escribiendo en una
especie de diario todo lo que le ocurría, con quien hablaba y por dónde pasaba.
Este diario fue encontrado en 1884 por el arqueólogo Gian Francesco Gamurrini,en la
Biblioteca de la Cofradía de Santa María de Laicos en Arezzo, como un códice en pergamino de
37 folios, pero se lo atribuyó erróneamente a Santa Silvia de Aquitania quien también estuvo en los
Santos Lugares poco tiempo después que ella.
No fue hasta el año 1903, cuando gracias a Mario Ferotín, quien en un estudio publicado en la
Revista de Cuestiones Históricas, se llegaron a atribuir aquellos textos a su verdadera autora.
Podemos encontrar además testimonios de otros personajes sobre ella, por ejemplo:
La carta de San Valerio al abad Donadeus del año 680 dice
“Esta bienaventurada monja Egeria, consumida por la llama del deseo de la gracia divina,
con el sustento de la majestad del Señor, emprendió un largo periplo por todo el orbe, con
todas sus fuerzas y su corazón intrépido. Así, avanzando poco a poco bajo la égida del Señor,
llegó a los sacratísimos y anhelados lugares del nacimiento, pasión y resurrección del Señor
y hasta los cuerpos de mártires esparcidos por diversas provincias y ciudades para orar ante ellos
y alimentar su devoción”.
Reflexión sobre Egeria
Egeria fue una mujer de gran valor y coraje, la cual superó todos los obstáculos que se le plantearon
para lograr una hazaña semejante a la que hizo. Debería ser un ejemplo para todos de superación y esfuerzo
y es una gran pérdida la desaparición de la mayoría de sus escritos porque se podría aprender mucho
en la actualidad sobre ella.
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