sábado, 17 de febrero de 2018

Juana la Beltraneja



Nos encontramos en la España del s. XV. En esta época, debemos saber que no existían los matrimonios por amor. Es un privilegio más de nuestra época que de tiempos pasados. La mujer era evidente que no elegía a su marido, esa tarea era asumida por el padre o, si éste faltase por el cabeza de familia. La mujer, siempre jugaba, salvo excepciones, un papel secundario en la sociedad. Existían diferentes realidades dependiendo de la situación de la mujer, la cual, podía ir desde la mujer noble, la campesina y la monja, o incluso, la prostituta, siendo la primera de ellas la única que podía gozar de grandes privilegios y la que, si fuese posible, podría alcanzar un mayor reconocimiento. Es fácil imaginar que la mujer fuese siempre considerada una menor de edad  y peor fortuna corrían aquellas que pertenecían a estratos más bajos de la sociedad o eran viudas (quienes volvían en muchas ocasiones a estar tuteladas por algunos varones de la familia, como los hijos). La figura de la mujer quedaba relegada al centro del hogar, del que era dueña y señora, atendiendo tareas como la crianza de los hijos, la organización del servicio si había, y de la economía doméstica en el caso de que el marido estuviese en la guerras y siempre que no hubiese un varón en la casa.
La mujer campesina era sin lugar a dudas la que más duras condiciones de vida soportó: era la encargada de las tareas domésticas, de la educación de los hijos,  y del ganado y del huerto. Si ésta residía en la ciudad, además de ocuparse de su familia y la casa, debía hacerlo del negocio familiar o ayudar a su marido. 
También estaba la mujer que optaba por dedicar su vida a Dios ya fuese por haber cometido pecados en su vida o porque su dote se le asignaba a una hermana mayor, o simplemente una mujer que ve el convento como salida a un matrimonio pactado o a la pobreza.


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Juana la Beltraneja

Nuestro personaje, Juana, debió nacer en torno a enero de 1462 y estaba destinada a suceder en el trono de Castilla a su padre, Enrique IV. Todo estaba a su favor: después de ella no nació ningún varón a quien pudiera recaer el trono por su condición masculina. 
El 5 de junio de 1465, cuando Juana tenía aproximadamente 5 años de edad, se produjo al Farsa de Ávila, acontecimiento el cual cambiaría su rango de heredera para siempre:


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Farsa de Ávila
Es muy importante explicar este momento para entender lo que después le sucedería a Juana. La Farsa de Ávila fue un acontecimiento protagonizado por un grupo de grandes nobles castellanos no afines a Enrique IV de Castilla. Le dieron entonces un un ultimátum: si el rey no ratificaba en su comportamiento y se deshacía de su gobierno, lo destituirían. Enrique trató de negociar pero no hubo acuerdo y el rey fue depuesto. Durante la ceremonia leyeron una declaración con todos los cargos con los que acusaban a Enrique IV. Según ellos, el rey mostraba simpatía por los musulmanes, era homosexual, tenía un carácter pacífico y, la acusación más grave, no era el verdadero padre de la princesa Juana, a la que por tanto negaban el derecho a heredar el trono. Los nobles rebeldes designaron como rey a su medio hermano, Alfonso, hijo de Juan II (padre de Enrique IV) y de su segunda esposa, Isabel de Portugal. Así, Isabel hija fue reconocida como heredera. 


Como hemos visto, la vida de Juana comenzó con muchas expectativas y un futuro prometedor, pero a medida que avanza la historia, se convirtió en un personaje olvidado y solitario. Repasemos su biografía desde el principio: 
Por nacimiento, fue una infanta castellana, reina proclamada de Castilla y de León. Pocos meses después de su nacimiento, Juana fue jurada en las Cortes de Madrid como princesa de Asturias y heredera del reino. Fue la única hija y heredera de Enrique IV y de su segunda esposa, la reina Juana de Portugal, hija de Eduardo I de Portugal. Una parte de la nobleza castellana no la aceptó como hija biológica del rey: había sospechas sobre la impotencia de Enrique IV, ya que previamente había estado casado con la infanta Blanca de Navarra y el matrimonio se declaró nulo porque nunca llegó a consumarse. Además, Enrique IV no tuvo más hijos ni con su mujer ni con ninguna de sus amantes. Fue acusado de haber obligado a su mujer a tener un hijo con su favorito, Beltrán de la Cueva y de ahí se cree que procede el apodo de Juana, la Beltraneja. 
Volviendo a la vida de Juana, ya hemos hecho un recorrido por lo más destacado en su biografía, la Farsa de Ávila. Juana tenía doce años e Isabel veintitrés cuando comienza la guerra por la futura sucesión al trono después de dicho acontecimiento. 

  • En 1474 muere Enrique IV y cada una de las dos candidatas al trono son proclamadas reina de Castilla por sus respectivos partidarios.
  • Durante esta guerra, en 1475, Juana contrajo matrimonio con su tío (por propuesta de los juanistas), el rey Alfonso V de Portugal, que ya tenía 43 años, treinta más que ella, en un intento de táctica política, ya que Isabel se acababa de fugar para casarse con Fernando y estaba ganando apoyos. Alfonso acepta, se convierte en rey de Castilla, con lo cual la fuerza de los dos bandos queda más equilibrada y se perfila la guerra como único método para resolver el conflicto.
  • Isabel y Fernando, los futuros Reyes Católicos, hicieron notable su superioridad militar y en la batalla de Toro derrotaron al rey de Portugal. Juana  tuvo que renunciar a su título real. Alfonso renuncia también al matrimonio con su sobrina Juana, por lo que ésta volvía a ser una mujer soltera.
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Batalla del Toro
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Convento de Santa Clara

Después de este giro en los acontecimientos, a Juana se le dio la posibilidad de elegir entre dos opciones: casarse en un futuro con el hijo de los Reyes Católicos, el príncipe Juan, de tan sólo un año de edad en aquellos días, o ingresar en un convento portugués. Al decidirse por la opción religiosa comenzaba otra etapa, en la que puso todas sus esperanzas por encontrar la paz que sólo podía darle ya la vida espiritual, después de una vida con tantos altibajos. Y así fue cómo, desde 1480, Juana fue una monja más del convento de Santa Clara, en Coimbra. Los Reyes de Portugal, al ver que Juana no era del todo feliz en el convento, le ofrecieron estancia en Lisboa. Durante esos años, aún tuvo que soportar la ofensa de varias proposiciones matrimoniales, siempre con el objetivo de utilizarla para conseguir sus pretendientes distintos objetivos políticos. Y, de entre todas las "ofertas" de matrimonio que recibió Juana, destaca la del mismísimo Fernando el Católico. Al quedarse viudo, en 1504, vio cómo Castilla caía en manos de Felipe el Hermoso, por lo que pensó en casarse con su sobrina y fortalecer su posición en Castilla. En Lisboa se refugió y desapareció de la vida pública, hasta que murió, olvidada, el 28 de julio de 1530.



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Juana, la reina sin trono

Después de conocer a fondo la vida de Juana, podemos afirmar que no tuvo una vida precisamente tranquila. Como mujer, siempre se vio obligada a casarse y a establecer lazos con finalidad política. Con solo doce años, Juana se vio obligada a casarse con su propio tío. Este matrimonio, por supuesto, fue una maniobra política. Tras finalizar la guerra, Juana volvió a verse sola, pues hasta su propio tío la había abandonado y la dejó a su suerte. Pese a esto y en ese momento, Juana, por primera vez en su vida, era libre para elegir si volver a casarse o marcharse La propuesta de matrimonio era humillante, pues en ella se daba al príncipe Juan el derecho de rechazar a Juana, en el caso de que ésta no le agradara, al llegar el momento del matrimonio. Como hemos visto, Juana no pudo ni siquiera tener un respiro en su estancia en Portugal, tuvo que rechazar varias propuestas de matrimonio concertadas. Hasta su muerte, siempre se consideró a sí misma legítima reina de Castilla y, aunque no pudo serlo legalmente, al menos sí lo fue en su conciencia.

Resultado de imagen de enrique ivHoy en día nos seguimos preguntando si Juana fue realmente hija biológica de Enrique IV. La respuesta no la sabremos nunca. De todas formas, lo de menos es la cuestión de si era o no la hija de Enrique IV. Lo más importante, quizá, es ver en esta historia un ejemplo más de lo que somos capaces de hacer los seres humanos cuando nos ciega la ambición en la lucha por el poder.









Personalmente pienso que lo que resulta menos lícito es que sigamos llamando a este personaje La Beltraneja, lo que está claro es que ella no tuvo la culpa al nacer. Pienso que sería más justo que la historia la reconociera, como mínimo, como doña Juana de Castilla o con un apodo que haga justicia a su vida, no un apodo que haga referencia simplemente a quién se supone que fue su padre. 


BIBLIOGRAFÍA

https://www.nationalgeographic.com.es/historia/grandes-reportajes/isabel-la-catolica-contra-juana-la-beltraneja_6678
https://es.wikipedia.org/wiki/Farsa_de_%C3%81vila
https://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_de_Sucesi%C3%B3n_Castellana
http://pedrogonzalezbarba.blogspot.com/2012/07/juana-la-beltraneja.html https://losojosdehipatia.com.es/cultura/historia/la-mujer-en-la-edad-media/

INSTAGRAM: @labeltraneja_juana

jueves, 15 de febrero de 2018

Juana I de Castilla, la Loca


El 19 de octubre de 1469 tiene lugar en Valladolid uno de los casamientos de mayor trascendencia de la Península ibérica. La boda de Fernando de Aragón e Isabel de Castilla, los Reyes Católicos, dando lugar a una unión dinástica entre Castilla y Aragón. Comienza así una época marcada por el fortalecimiento del poder monárquico y la unificación territorial y religiosa. Es bajo su reinado cuando sucede uno de los acontecimientos que más ha marcado la historia de la humanidad, el descubrimiento de América, dando lugar a una nueva riqueza para los reinos peninsulares, así como a una gran mezcla de culturas; además ese mismo año, en 1492, también finaliza el proceso de Reconquista con la toma del Reino Nazarí de Granada y se expulsa a los judíos de Castilla y Aragón. El reinado de los Reyes Católicos está caracterizado por su política exterior basada en casar a sus hijos con los herederos de las principales monarquías europeas, su hija, Juana, sufrió especialmente a lo largo de su vida la estrategia política de sus padres.

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Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla, los Reyes Católicos

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Juana, la tercera hija de los Reyes Católicos, nació en Toledo el 6 de noviembre de 1479. Durante su infancia recibió una educación basada en la obediencia, propia de una infanta sin posibilidad de acceder al trono. Todo su entorno y ambiente estaban controlados rigurosamente por sus padres. Cuando era jóven empezó a mostrar signos de escepticismo religioso, lo cual su madre trató de mantener en secreto.

Felipe "el Hemosos" y Juana "la Loca"
En 1496 se casó con Felipe el Hermoso, como parte de la política matrimonial de sus padres. Felipe y ella tuvieron juntos seis hijos, su hijo mayor, Carlos, será rey de España.

Tras la muerte de sus hermanos Juan e Isabel y el hijo de ésta, Juana se convirtió en la principal heredera de Castilla y Aragón. La intención de su madre Isabel era que la sucediese en Castilla como reina propietaria. A partir de entonces se empezó a cuestionar su capacidad para gobernar. Se le achacaban problemas mentales, no se sabe si estas acusaciones fueron creadas por su marido y por su padre para inhabilitarla y así conseguir que Fernando ejerciera poder absoluto sobre Castilla; o si realmente sufría algún tipo de trastorno psicológico. Debido a varios episodios en los que se negó a atender asuntos urgentes se demostró su incapacidad de gobernar. Entonces su padre, Fernando, asumió las riendas del gobierno de Castilla. Tras la breve regencia del cardenal Cisneros su primogénito, Carlos (Carlos I de España y V de Alemania), subió al trono haciendo caso omiso de los derechos dinástico de su madre a la que encerró en el castillo de Tordesillas desde 1509 hasta su muerte en 1555 . Esa indiferencia religiosa que su madre trató de esconder durante sus años de juventud, volvió a aflorar durante sus últimos días cuando se negaba a ir a misa ni a confesarse.


Durante toda su vida Juana fue utiliza por sus padres, marido e hijo como un peón en sus juegos por el poder. Su salud mental sigue siendo a día de hoy un misterio, algunos dicen que todo fue una conspiración para apartarla del poder y otros que realmente padecía trastornos psicológicos heredados por parte de su abuela materna, Isabel de Portugal. De todas maneras, Juana fue siempre una mujer decidida y con carácter que vivió en un mundo dominado por los hombres, los cuales posiblemente hayan conseguido excluirla injustamente del poder.

Otras fuentes y videos:
- Serie Isabel, Juana se enfrenta a sus padres
- Juana la Loca, ¿víctima de una conspiración? (National Geographic)
- Instagram : @juanadecastilla_1555

lunes, 12 de febrero de 2018

Julia Alcayde Montoya


Nuestra protagonista nace en pleno bienio progresista cuando se aplicaron una serie de reformas como la Ley de Ferrocarril, la Ley de Banca y la Desamortización de Madoz encaminadas a agilizar el desarrollo de la revolución industrial española, muy atrasada con respecto a Europa. Estas medidas económicas liberales, perjudicaron a corto plazo a las clases populares que se vieron sumidas en una crisis económica y de subsistencia durante el reinado de Isabel II. Más adelante, en 1868, estalló la Revolución Gloriosa que supuso el exilio de Isabel II y comienza el Sexenio Democrático. Este es un periodo de gran inestabilidad política, ya que se plantean varias formas de gobierno, una monarquía con un nuevo rey y una república. Finalmente, el parlamento nombra como rey al príncipe de Italia, Amadeo I. Tras el fracaso de su gobierno, las Cortes proclaman en 1873 la Primera República Española que durará un año hasta que comenzó la restauración de la monarquía borbónica.

Retrato de Julia Alcayde

El 22 de mayo de 1855 nace en Gijón Julia Alcayde Montoya. A los pocos años su familia se traslada a Madrid, allí inicia su formación artística en La Escuela de Artes y Oficios de Madrid. En la escuela destaca rápidamente por su habilidad para representar emociones con distintas técnicas. Durante sus estudios en la escuela, llegó a codearse con importantes figuras del panorama político y artístico del momento.

Sus obras fueron expuestas en varias Exposiciones Nacionales de Bellas Artes y llegó a ser galardonada en varias ocasiones. También participó en las Exposiciones Internacionales de Chicago, Buenos Aires, Roma y Múnich.

Muere el 18 de febrero de 1939 en Madrid.

La pintora votando en la Exposición de Bellas Artes de 1912


Fruta del tiempo, del natural

Bodegón de la caza, Museo de Jovellanos (Gijón)


Julia Alcayde Montoya triunfó en el mundo del arte, tarea difícil para una mujer de su época. Demostró que las mujeres pueden ser grandes artistas igual que los hombres. Fue galardonada en varias ocasiones y sus obras se han mostrado en exposiciones de todo el mundo.

Otras fuentes:

Veneranda Manzano