Nos encontramos en la España del s. XV. En esta época, debemos saber que no existían los matrimonios por amor. Es un privilegio más de nuestra época que de tiempos pasados. La mujer era evidente que no elegía a su marido, esa tarea era asumida por el padre o, si éste faltase por el cabeza de familia. La mujer, siempre jugaba, salvo excepciones, un papel secundario en la sociedad. Existían diferentes realidades dependiendo de la situación de la mujer, la cual, podía ir desde la mujer noble, la campesina y la monja, o incluso, la prostituta, siendo la primera de ellas la única que podía gozar de grandes privilegios y la que, si fuese posible, podría alcanzar un mayor reconocimiento. Es fácil imaginar que la mujer fuese siempre considerada una menor de edad y peor fortuna corrían aquellas que pertenecían a estratos más bajos de la sociedad o eran viudas (quienes volvían en muchas ocasiones a estar tuteladas por algunos varones de la familia, como los hijos). La figura de la mujer quedaba relegada al centro del hogar, del que era dueña y señora, atendiendo tareas como la crianza de los hijos, la organización del servicio si había, y de la economía doméstica en el caso de que el marido estuviese en la guerras y siempre que no hubiese un varón en la casa.
La mujer campesina era sin lugar a dudas la que más duras condiciones de vida soportó: era la encargada de las tareas domésticas, de la educación de los hijos, y del ganado y del huerto. Si ésta residía en la ciudad, además de ocuparse de su familia y la casa, debía hacerlo del negocio familiar o ayudar a su marido.
También estaba la mujer que optaba por dedicar su vida a Dios ya fuese por haber cometido pecados en su vida o porque su dote se le asignaba a una hermana mayor, o simplemente una mujer que ve el convento como salida a un matrimonio pactado o a la pobreza.
Juana la Beltraneja |
Nuestro personaje, Juana, debió nacer en torno a enero de 1462 y estaba destinada a suceder en el trono de Castilla a su padre, Enrique IV. Todo estaba a su favor: después de ella no nació ningún varón a quien pudiera recaer el trono por su condición masculina.
El 5 de junio de 1465, cuando Juana tenía aproximadamente 5 años de edad, se produjo al Farsa de Ávila, acontecimiento el cual cambiaría su rango de heredera para siempre:
Farsa de Ávila |
Es muy importante explicar este momento para entender lo que después le sucedería a Juana. La Farsa de Ávila fue un acontecimiento protagonizado por un grupo de grandes nobles castellanos no afines a Enrique IV de Castilla. Le dieron entonces un un ultimátum: si el rey no ratificaba en su comportamiento y se deshacía de su gobierno, lo destituirían. Enrique trató de negociar pero no hubo acuerdo y el rey fue depuesto. Durante la ceremonia leyeron una declaración con todos los cargos con los que acusaban a Enrique IV. Según ellos, el rey mostraba simpatía por los musulmanes, era homosexual, tenía un carácter pacífico y, la acusación más grave, no era el verdadero padre de la princesa Juana, a la que por tanto negaban el derecho a heredar el trono. Los nobles rebeldes designaron como rey a su medio hermano, Alfonso, hijo de Juan II (padre de Enrique IV) y de su segunda esposa, Isabel de Portugal. Así, Isabel hija fue reconocida como heredera.
Como hemos visto, la vida de Juana comenzó con muchas expectativas y un futuro prometedor, pero a medida que avanza la historia, se convirtió en un personaje olvidado y solitario. Repasemos su biografía desde el principio:
Por nacimiento, fue una infanta castellana, reina proclamada de Castilla y de León. Pocos meses después de su nacimiento, Juana fue jurada en las Cortes de Madrid como princesa de Asturias y heredera del reino. Fue la única hija y heredera de Enrique IV y de su segunda esposa, la reina Juana de Portugal, hija de Eduardo I de Portugal. Una parte de la nobleza castellana no la aceptó como hija biológica del rey: había sospechas sobre la impotencia de Enrique IV, ya que previamente había estado casado con la infanta Blanca de Navarra y el matrimonio se declaró nulo porque nunca llegó a consumarse. Además, Enrique IV no tuvo más hijos ni con su mujer ni con ninguna de sus amantes. Fue acusado de haber obligado a su mujer a tener un hijo con su favorito, Beltrán de la Cueva y de ahí se cree que procede el apodo de Juana, la Beltraneja.
Volviendo a la vida de Juana, ya hemos hecho un recorrido por lo más destacado en su biografía, la Farsa de Ávila. Juana tenía doce años e Isabel veintitrés cuando comienza la guerra por la futura sucesión al trono después de dicho acontecimiento.
- En 1474 muere Enrique IV y cada una de las dos candidatas al trono son proclamadas reina de Castilla por sus respectivos partidarios.
- Durante esta guerra, en 1475, Juana contrajo matrimonio con su tío (por propuesta de los juanistas), el rey Alfonso V de Portugal, que ya tenía 43 años, treinta más que ella, en un intento de táctica política, ya que Isabel se acababa de fugar para casarse con Fernando y estaba ganando apoyos. Alfonso acepta, se convierte en rey de Castilla, con lo cual la fuerza de los dos bandos queda más equilibrada y se perfila la guerra como único método para resolver el conflicto.
- Isabel y Fernando, los futuros Reyes Católicos, hicieron notable su superioridad militar y en la batalla de Toro derrotaron al rey de Portugal. Juana tuvo que renunciar a su título real. Alfonso renuncia también al matrimonio con su sobrina Juana, por lo que ésta volvía a ser una mujer soltera.
Batalla del Toro |
Convento de Santa Clara |
Después de este giro en los acontecimientos, a Juana se le dio la posibilidad de elegir entre dos opciones: casarse en un futuro con el hijo de los Reyes Católicos, el príncipe Juan, de tan sólo un año de edad en aquellos días, o ingresar en un convento portugués. Al decidirse por la opción religiosa comenzaba otra etapa, en la que puso todas sus esperanzas por encontrar la paz que sólo podía darle ya la vida espiritual, después de una vida con tantos altibajos. Y así fue cómo, desde 1480, Juana fue una monja más del convento de Santa Clara, en Coimbra. Los Reyes de Portugal, al ver que Juana no era del todo feliz en el convento, le ofrecieron estancia en Lisboa. Durante esos años, aún tuvo que soportar la ofensa de varias proposiciones matrimoniales, siempre con el objetivo de utilizarla para conseguir sus pretendientes distintos objetivos políticos. Y, de entre todas las "ofertas" de matrimonio que recibió Juana, destaca la del mismísimo Fernando el Católico. Al quedarse viudo, en 1504, vio cómo Castilla caía en manos de Felipe el Hermoso, por lo que pensó en casarse con su sobrina y fortalecer su posición en Castilla. En Lisboa se refugió y desapareció de la vida pública, hasta que murió, olvidada, el 28 de julio de 1530.
Juana, la reina sin trono |
Después de conocer a fondo la vida de Juana, podemos afirmar que no tuvo una vida precisamente tranquila. Como mujer, siempre se vio obligada a casarse y a establecer lazos con finalidad política. Con solo doce años, Juana se vio obligada a casarse con su propio tío. Este matrimonio, por supuesto, fue una maniobra política. Tras finalizar la guerra, Juana volvió a verse sola, pues hasta su propio tío la había abandonado y la dejó a su suerte. Pese a esto y en ese momento, Juana, por primera vez en su vida, era libre para elegir si volver a casarse o marcharse La propuesta de matrimonio era humillante, pues en ella se daba al príncipe Juan el derecho de rechazar a Juana, en el caso de que ésta no le agradara, al llegar el momento del matrimonio. Como hemos visto, Juana no pudo ni siquiera tener un respiro en su estancia en Portugal, tuvo que rechazar varias propuestas de matrimonio concertadas. Hasta su muerte, siempre se consideró a sí misma legítima reina de Castilla y, aunque no pudo serlo legalmente, al menos sí lo fue en su conciencia.
Hoy en día nos seguimos preguntando si Juana fue realmente hija biológica de Enrique IV. La respuesta no la sabremos nunca. De todas formas, lo de menos es la cuestión de si era o no la hija de Enrique IV. Lo más importante, quizá, es ver en esta historia un ejemplo más de lo que somos capaces de hacer los seres humanos cuando nos ciega la ambición en la lucha por el poder.
BIBLIOGRAFÍA
https://es.wikipedia.org/wiki/Farsa_de_%C3%81vila
https://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_de_Sucesi%C3%B3n_Castellana
http://pedrogonzalezbarba.blogspot.com/2012/07/juana-la-beltraneja.html https://losojosdehipatia.com.es/cultura/historia/la-mujer-en-la-edad-media/
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